Ser diferente no tiene nada de malo, al contrario, es aún mejor que ser igual al resto. Te marcas tus propias pautas, sigues sólo tus reglas y, lo mejor y más importante de todo, eres tú mismo y haces lo que quieres. No tienes que seguir comportamientos o modas absurdas, tampoco tienes que aparentar ser algo que no eres. No tienes porqué fingir si no quieres, sólo se tú mismo y verás, quizás, con cierta amargura y pena que los que creías tus amigos se irán como el viento se lleva el humo de un cigarrillo. Marca tu propia historia, demuéstrale al mundo lo que vales.
Y ahora que lo sabes, ¿a que ser diferente no está tan mal?

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