Superficial.

Capas y capas de maquillaje esconden tu verdadero yo, esconden a ésa frágil y débil chica que no soporta no ser aceptada por los demás, a la que le gusta ser popular por encima de todo, la que cree que se sentirá mejor siendo como quieren que sea. Aunque no te das cuenta de que ésa no es tu meta, de que ahí no está tu futuro. Y es que, te estás dando cuenta de que te has convertido en ése tipo de persona a la que siempre has odiado. Te has ido convirtiendo, poco a poco, en ése tipo de chica superficial a la que sólo le importa el físico, el tipo de chica que es capaz de levantarse temprano cada mañana para meterse en el cuarto de baño y empezar a esconder las pecas, las ojeras y otras cosas que las demás consideran 'defectos físicos', y arreglarte el pelo hasta que quede perfecto. Las demás chicas te presionan y te ponen al límite, caes en la anorexia porque te dicen que es 'guay' y porque si no, no entras en el grupo. Lloras cada día sin remedio y a escondidas para que tu madre no te vea y, cuando te miras al espejo antes de convertirte en otra persona, no te reconoces a ti misma. 

Y aunque lo sabías antes de empezar con ésto, ya no hay marcha atrás.