jueves, 17 de noviembre de 2011

Perfection.

Le comparas a él, contando con el tacto de su piel, so holor, su pelo, su cara...con otros chicos que ves, y no encuentras el parecido. Él es perfecto, cuando le ves no puedes hacer más que sonreír como una estúpida y darle un tímido y rápido saludo con la mano. Una vez se ha ido, te sientes estúpida al no haberle dicho nada, al no haber hecho que se quedara unos minutos más y así poder verle más tiempo del que ya dispones. Le miras e imaginas tu historia con él, cómo sería. La relación perfecta, construyes un castillo de sueños en el aire que se desvanece cada vez que le ves con ella. Un pedazo de tu gran castillo se cae cada vez que ocurre. Inevitablemente se te rrompe el corazón en dos, tres, cuatro...mil pedazos diminutos. Sientes como si te hubiera traicionado aunque sabes que no hay razón para que te sientas así.


Y es que, como dijo alguien alguna vez: 'Las comparaciones son fáciles una vez que has saboreado la perfección'. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario