Saber que no vas a volver allí jamás, saber que probablemente no vas a volver a verle jamás. Ésa agonía que te entra cuando sabes que todo se va a acabar, que el tiempo corre en tu contra y el momento va a llegar. Saber que ya no verás puestas de sol iguales, saber que no vas a poder caminar de noche entre los árboles con las luciérnagas envolviéndote, saber que no vas a volver a vivir nada igual. Te encuentras en ésa situación incómoda en la que sabes cosas que cambiarán tu vida, cosas que podrían cambiar tu futuro de una manera irreversible y extrema, experimentando la desilusión de estar allí, probablemente, por última vez, y con él por última vez también.
Saber que pronto experimentarás la satisfacción de recordar cada momento.

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