lunes, 12 de diciembre de 2011

The world won’t stop turning tonight.

Ahora que han pasado los años y empiezas a rememorar cosas que en su día hiciste, te das cuenta de que deberías haberte quedado a su lado. Caes en la cuenta de que debiste haberte quedado aquella noche, pasarlo bien a su lado compartiendo besos, abrazos y luego, para terminar, tendrías que haberle llamado al día siguiente. Pero al contrario de lo que querías hacer, te marchaste del lugar, lo pasaste mal viendo como cada uno de tus amigos conseguía todo lo que quería en la vida mientras que tú te quedaste estancada rememorando la misma etapa de tu vida y, además, ni siquiera le llamaste. Ahora sabes que deberías haber hecho muchas cosas por las que ahora no tendrías que arrepentirte como lo haces con lo que en realidad llevaste a cabo, como dejarle allí aquella noche. Fue la última vez que le viste, la última vez que pudiste contemplar sus ojos verdes irradiando pura emoción, la última vez que pudiste ver cómo te sonreía a medias y la última vez que sentiste de verdad que el corazón se te paraba por un momento, al igual que el mundo entero, mientras le contemplabas, riéndose, disfrutando el momento, sin planear nada, simplemente actuando. Pero ahora no vale de nada lamentarse, y es que aunque te gustaría retroceder en el tiempo y quedarte en aquel momento, viviendo una y otra vez la misma noche…


Él ya te lo advirtió aquel día, el mundo no parará de girar esta noche.

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