lunes, 23 de enero de 2012

Be like you were before.

Inclinas de nuevo la botella de cerveza y dejas que el amargo sabor vuelva a inundar tu boca, intentas olvidarlo todo, volver a ser como eras antes. Cierras los ojos y dejas que la brisa te acaricie de nuevo, como si eso pudiera arreglar algo. Te sientes como un estúpido, no sabes cómo pudiste creer la mentira tanto tiempo, sin sospechas, sin dudas. No sabes qué hacer, no sabes si deberías hablar con ella, preguntarle porqué lo hizo, y en qué fallaste para que tuviera que engañarte con otro. Te sientes más que como un estúpido, como un inútil. No quieres pensar que la culpa haya podido ser tuya, que tú no le dieras tan fácilmente lo que ella quería y por eso tuvo que recurrir a un tercero. Te sientes culpable, y no sabes porqué, la culpa es de ella, tú no has engañado a nadie, pero aún así sientes como si hubieras hecho algo mal en todo esto. Una voz familiar suena al otro lado de la habitación, es ella, que vuelve llorando a casa, a pedir perdón por todo lo que ha hecho, a decirte cuánto te quiere, a repetirte cientos de veces lo mucho que lo siente. Otra vez. Se acerca, te abraza, te deja la sudadera hecha un asco, pero aún así tú no vuelves a hacer lo de siempre, no vuelves a abrazarla como hacías antes, ni a decirle que está bien, que a pesar de todo la perdonas, ni siquiera permites que acerque sus labios a los tuyos como solía hacer a modo de excusa. Ésta vez no te arrepientes de nada, no vuelves atrás, sigues hacia delante. 


    
Inclinas de nuevo la botella de cerveza y dejas que el amargo sabor vuelva a inundar tu boca, intentas olvidarlo todo, volver a ser como eras antes.

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