''Entonces cuando ocurre todo, es cuando te dices a ti misma, sin saber exactamente si será así o no, no volveré a amar jamás''.
lunes, 30 de enero de 2012
I'll never love again.
Se mira en el espejo y, por un momento, se detiene y observa su reflejo. El negro acentúa sus facciones, también el color de su pelo y sus ojos y, como no, la hace parecer mayor. Se siente mal, por primera vez, va a afrontar sus miedos y a seguir adelante, va a visitarle por primera vez desde que ocurrió. Fuera nieva, pero todo parece igual. Nada ha cambiado. La gente sigue pasando tranquilamente por la calle, no reparan en lo que podría pasar, 'así debe ser la felicidad', se dice a sí misma, sonriendo una vez más al ver cómo los niños juegan y se tiran bolas de nieve. Añora los días en los que nada le preocupaba, los días en los que podía pasar horas y horas jugando en la calle sin aburrirse... Echa de menos ser una niña, no hay vuelta de hoja. Su recuerdo vuelve a inundar su mente, una vez más las lágrimas encuentran la salida y caen por su cara, ahora enrojecida por el llanto. Se pregunta cómo habría sido su vida si él siguiera aquí pero, una vez más, no encuentra la respuesta. No quiere pensar que todo se haya acabado ya, tan pronto, sin haber tenido si quiera la oportunidad de demostrarle cuánto le quería. Se sienta en la cama, se lleva las manos a la cara y rompe a llorar, otra vez. No soporta ése nudo que se le hace en la garganta cada vez que se le pasa por la cabeza, no soporta tener que pasear por la calle sabiendo que todos la recuerdan así, tampoco soporta ésa sensación que tiene en el estómago cada vez que piensa en que el día ha llegado, y que llegará año tras año, una y otra vez. Así que allí estaba, haciendo falsas promesas de fortaleza, y felicidad a largo plazo; fingiendo sonrisas que no eran sonrisas sino muecas de dolor controlado; preguntándose cómo será capaz de dormir todas las noches sabiendo que, si hubiera querido, podría haberlo evitado; sintiendo ése gran vacío interior que le producía el simple echo de pensar que ya no iba a tenerle a su lado, que ya no iba a estar allí para alegrarle los días y para robarle horas de las que no disponía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario