Entró en aquel lugar como si no supiera nada, como si fuera la primera vez que pasaba por allí a pesar de que era su local favorito. Entró como si al principio la hubieran llevado allí a rastras, y luego se hubiera quedado por propia voluntad, como si fuera la primera vez que iba allí sólo para verle. Se sentó en la misma esquina, con las mismas personas de cada noche que su agenda y su cuerpo cansado le permitían pisar aquel bar; la música lo envolvía todo, haciendo que nada pareciera real, que era como una película de adolescentes de Hollywood, algo simple e inocente, un baile, luego otro, una bebida, luego otra. Y así hasta acabar en sus brazos de nuevo, su cálido aroma, su mirada y su sonrisa acompañándola en aquella noche que se resumiría en unos bailes y un par de corazones partidos. Hubiera dado cualquier cosa para que aquello durase para siempre, para que el tiempo se detuviera justo en aquel lugar y momento, para que nada cambiase y ella pudiera estar siempre entre sus brazos, allí donde se sentía segura y protegida. Querría poder decir que no sabía qué hacía, que no sabía qué ocurriría, pero la verdad era bien distinta, y ella lo sabía. Sabía que no era suyo, que no era, ni por asomo, su media naranja, que iba a ocurrir tarde o temprano el desastre que la haría secarse tras derramar todas sus lágrimas, pero le gustaba creer en ello. Le gustaba creer que, por muy mínima que fuera la posibilidad, podía ocurrir, siempre pensando en positivo, siempre con una sonrisa en la cara, menos aquella noche. No sabía porqué, no sabía qué le ocurría, no podía forzar la sonrisa más, su propio cuerpo se lo impedía, parecía pedirle a gritos que dejase de hacer aquello, que dejase de hacerse daño de una maldita vez. Se sentía ahogada, superada por todo aquello, sin siquiera poder consigo misma, se sentía cansada de mentir noche sí y noche también, así que era la hora de la verdad. Fue suave, rápido pero intenso, había sido como una montaña rusa. Sus labios se rozaron sólo un par de segundos, una eternidad en su mente, un abrir y cerrar de ojos para los demás. Y él no dijo nada, no se apartó, no la rechazó, simplemente se dejó besar por aquella chica con la que había compartido tantos bailes. Ella empezó a creer más en aquello, empezó a creer que había algo. Bailaron hasta que ella sintió la quemazón en sus pies, volvió en el más alto nivel de éxtasis que alguien había experimentado alguna vez sin haber rozado si quiera la droga, era embriagador, casi le hacía perder el control de sí misma. Recuperó la compostura al sentarse, y siguió mirándole, fascinada por cada movimiento que llevaba a cabo. Ni siquiera le molestó que aquella chica empezase a bailar con él, simplemente le hizo el corazón añicos al besarla. Le pareció que su mundo se venía abajo, y ella se iba con él, a las profundidades de algún abismo o del mismísimo océano. Si mirabas con atención y te fijabas lo suficiente, podías ver el momento exacto en el que se le rompía el corazón. En mil y un diminutos pedazos.

Aunque lo que más le dolió no fue eso, ni siquiera le importaba; le dolía mucho más lo estúpida que había sido al montar castillos en el aire, al haber creído en que aquello podía ser real alguna vez.
Por favor... Cada una de tus entradas. Cada una de esas historias. Cada uno de esos sueños.
ResponderEliminarAcabo de llegar aquí por casualidad... Y es increíble. Todo lo que escribes. Todo lo que tienes guardado. Gracias por estas entradas. Eres la mejor escritora que puede haber. Sigue así por favor.
Vas a conseguir que llore! Ésto es más que importante para mí, es impresionante. Espero seguir haciendo entradas que gusten a todos, porque al fin y al cabo, lo hago para ti y para todos. Gracias por todo ésto, gracias por leer mis entradas y por ceder un fragmento de tu tiempo a parar entre blog y blog y haber escogido el mío. Gracias de nuevo y me alegra que te guste lo que hago!
EliminarGracias!!
El que te tiene que dar las gracias soy yo! Jajaja, si es que, vamos.... Ese día en que tus entradas dejen de hacer que la gente se quede fascinada, que hagas soñar a todas esas personas enamoradas, el día que vea una entrada en este blog, que no me guste... Ese día nunca llegará, y te lo puedo asegurar con toda la certeza del mundo.
EliminarEl tiempo, bah, es tiempo. Te tenemos que dar las gracias a ti, por todo esto, enserio. Como para que no me guste! Sigue así, y vas a llegar lejos!
Pues de nada (?) supongo! jajajaja
EliminarEsperemos que ese día no llegue, porque entonces sería todo un fracaso para mí.
El tiempo son solo números y días pasados, al fin y al cabo.
Yo tengo que dar gracias a todos ustedes, que me siguen y leen cada vez que publico algo.
Espero que no me cambien las ideas y sigan gustando, a ti y a todos, mis entradas!
Gracias por el apoyo Oliver, valoro mucho tus comentarios y los de todos, y sí, espero llegar un pelín lejos!
Un besín.