miércoles, 28 de diciembre de 2016

I've been thinking about you.


      Ayer me preguntaron por lo que pensé cuando te conocí. La verdad es que di mil vueltas al asunto, intenté explicar con palabras lo que no puede explicarse con otra cosa que no sean sensaciones. Al fin y al cabo, no puedes explicar del todo bien cómo es la sensación de que tu cerebro se descontrole, actúe por su cuenta y no obedezca nada de lo que intentas ordenar porque está demasiado ocupado con otras cosas. Contigo, para ser exactos. Igual que no puedo explicar por qué me gusta el sonido de la lluvia o por qué me gusta ver los relámpagos descargar su furia contra la tierra. En realidad se siente como si un tornado hubiera arrasado el interior de mi cabeza y, tras eso, tú hubieras llegado y te hubieras instalado allí con el fin de reordenar y arreglar todo. 

      A decir verdad, en ese momento se me pasaron una infinidad de ideas que me parecieron buenas para intentar describir, más o menos, lo que significa tenerte cerca, aunque ninguna de ellas pareció hacerte justicia así que acabé desechándolas en el momento. Acabé cediendo y solté lo primero que me vino a la cabeza, nadie pareció entenderlo y tuve que disculparme diciendo que era complicado plasmarlo en palabras. Nadie supo esa noche, y creo que tampoco sabrá, el inmenso placer que para mí significó conocerte; nadie conocerá jamás lo que mirarte a los ojos me supuso aquel penoso día de noviembre, lo profundos que pueden parecer un par de ojos a simple vista normales e incluso anodinos, como algunos los calificarían; nadie sabrá cuánto puede encogerse un corazón de dicha por el simple hecho de provocarte una sonrisa; igual que nadie sabrá lo que es tener el gran placer de descubrirte lo bonita que es la luna en plena noche. 

      Te escribo sin saberlo desde entonces, cada noche mi imaginación se despega de mí y huye en tu busca. Incluso cuando creo que no hay nada de ti en mis líneas, ni el más mínimo resquicio que indique que eres una constante en mi cabeza, estás ahí. Juro que es tremendamente difícil no dedicarte inconscientemente cada una de mis creaciones, cada una de las palabras que fluyen desde mi cerebro hasta mis manos, que las convierten en algo palpable sobre el papel. Eres, fuiste y siempre serás aquello que jamás sabré describir de una forma digna. Jamás sabré cómo describir lo que mirarte a esos ojos marrones me hace sentir, cómo que el tacto de tu piel con la mía provoca y altera mis nervios, cómo despertar a tu lado es el mejor regalo que jamás me ha hecho la vida, el universo, el destino, llámalo como quieras. 

       I've been thinking 'bout you.  



Part one.

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