jueves, 5 de enero de 2012

Under your feet

Ves que le pierdes, que se te escapa de las manos y se va alejando lentamente, desapareciendo casi por completo. Te miras cada mañana en el espejo y ves que tus ánimos se van también con él, y amenazan con abandonarte para siempre, te ves diferente, las ojeras crecen, tu piel se vuelve más pálida...ves como el mundo parece ponerse al revés y cada vez le sientes menos ahí, a tu lado. Ves como se te escapan los años intentando que vuelva, intentando convencerte a ti misma de que algún día llamará de nuevo a tu puerta. 
No lo hace, y a pesar de todo, de que prometió que todo sería igual, ya no hablas con él, ya no pasas noches en vela esperando un saludo soso por cualquier lugar, ya no esperas horas y horas hasta que el teléfono suene para oír su voz al otro lado preguntándote la hora a la que habías quedado con él, alegando haberlo olvidado por completo, ya no ocupas tus horas mirando sus fotos una y otra vez sin cansarte. Ya no hay paseos largos a altas horas de la noche, ni vídeo juegos a los que ganar y tampoco lunas llenas que contemplar a su lado. Ya no hay ojos vidriosos que ver cada mañana, porque ya no están ahí; ya no hay tonterías que reír, porque ya nadie las hace; ya no hay mimos a todas horas, porque nadie se preocupa lo suficiente como para saber lo que sientes.


   
No te das cuenta de lo que pierdes cuando te enamoras, hasta que un día abres los ojos, y ves el desastre bajo tus pies

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