sábado, 2 de febrero de 2013

Thanks for the memories.

Siempre había pensado que el día a día sería algo ''fácil'' de llevar, algo por lo que valiera la pena levantarse todos los días de la cama. Supongo que, al fin y al cabo, las expectativas eran demasiado altas comparadas con la realidad, tal y como suele ocurrir siempre, pero ésta vez era diferente. Sintió, al despertar de golpe en una realidad que no era la suya, que había vivido toda su vida pendiendo de un hilo, sosteniéndose como mejor podía encima de una cuerda demasiado fina, balanceándose de un lado a otro, siguiendo los pasos de algún extraño en la nieve. Se sentía, desde entonces, perdida y, por qué no, desorientada como la que más; sin tener idea de cómo afrontar lo que pudiera llegar mañana, sin saber a ciencia cierta qué pasaría después de que todo llegase a ese ''claro final''. Meses sin escribir a aquella persona que la esperaba al otro lado del charco, meses sin ideas claras o momentos de tranquilidad. Quiso empezar a escribirle de nuevo, con un ''lo siento'' no era suficiente para excusarse por haber tardado una eternidad en volver a hablarle, aunque sabía que le valdría porque la quería, pero las palabras se negaban a salir de su cabeza, y sólo se convertían en borrones de tinta en una desgastada libreta; porque al fin y al cabo, eso habían sido siempre sus palabras, borrones de tinta remodelados, luego, con el paso de los días. Todo había empezado a dar vueltas a su alrededor, al mundo no le quedaba ya nada de aquel que ella había conocido, todo había empezado a marchitarse con cada paso que daba. No había conseguido dormir desde hacía noches y las sombras del cansancio empezaban a formarse bajo sus ojos, lo que aumentaba su mala imagen; éste no era, ni por asomo, su mejor momento. Estaba a miles de kilómetros de casa y ni siquiera el hecho de saber que en muy poco tiempo volvería le levantaba el ánimo. Estaba hecha un desastre. Llevaba demasiado tiempo viviendo en un mundo que ella creía real pero que no era más que otra jugada de su propio cerebro. Quería, de verdad, cortar por lo sano, dejarlo todo atrás, volver de nuevo a casa y encontrar allí todo lo que su nuevo hogar no le había proporcionado. Se había cansado, solo eso. Sólo le quedaba una cosa por hacer: renunciar a todo lo que había creído querer durante tanto tiempo y darse a sí misma unas vacaciones. Lejos, ahora mismo. Así que eso hizo, le dijo adiós a todo, se rindió fácilmente y puede que esa no fuera la mejor elección que hubiera podido tomar, sí, pero era la que quería tomar ya que, por lo visto, era la única salida con la que no perjudicaba a nadie. La única opción que le aseguraba que no había una versión de ello en la que alguien que no fuera ella misma salía perdiendo o mal parado. Aceptó su pasado, le dio la bienvenida al futuro que la esperaba y esperó, con todo su corazón, que éste futuro al que había recibido con tan buen pie no le jugara otra mala pasada. 

       
<<Una noche y una vez más, gracias por los recuerdos aún sabiendo que no fueron tan buenos.>>

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